Cuando pronunciamos la palabra "Tarot", es altamente probable que se entienda de diversas maneras. El Tarot que aquí ofrezco se aparta del arte divinatorio: no pretende leer el futuro ni decirte lo que debes o no hacer. Para mi es una herramienta con la que uno puede sumergirse en sus propias dudas para hallar la respuesta encerrada, donde uno se hace responsable de sus acciones y las realiza con claridad y fuerza.
El Tarot es el arte de la relación.
Trabajo como Terapeuta haciendo a veces uso de esta y otras herramientas que pueden ser de gran ayuda. Todos tenemos un punto ciego, algo en lo que somos incapaces de ver y por lo tanto actuar por nosotros mismos. Con el Tarot jugaremos con proyecciones, intuición, arquetipos, pendularemos entre la consciencia y la inconsciencia y, sobre todo, exploraremos nuestros vínculos.
Cada carta es un espejo que refleja una porción de nuestra totalidad, y con ellas tal vez podamos ver más allá del punto ciego.
El azar es solo un orden desconocido, y con él rompemos la estructura que nos mantiene cerrados en el problema.